martes, 29 de octubre de 2013

Un regalito con amor para todos

Hoy les voy a obsequiar un pequeño regalito para todos. Una receta fácil y sencilla de un delicioso bizcochuelo de vainilla, para comer solo, con dulce de leche, mermelada o lo que ustedes más les guste.


¿Qué esperan? ¡Manos a la obra!

Ingredientes

4 Huevos grandes a temperatura ambiente
120 gr. Azúcar (12 cucharadas al ras)
120 gr. Harina 0000 (12 cucharadas colmadas)
1 cuchara de Esencia de Vainilla
1 cucharadita de Sal
Manteca y harina para el molde c/n

Preparación

  1. Encender el horno y dejarlo a una temperatura de 180-190ºC. Es decir, un poco más que el mínimo.
  2. Enmantecar y enharinar el molde.
  3. En una batidora, colocar los huevos, el azúcar y la sal. Batir al punto máximo hasta que dupliquen o tripliquen su volumen.
  4. Añadir la esencia de vainilla.
  5. Una vez que alcanza el batido lo que se llama el punto letra (si se toma con una espátula un poco de batido y se da vuelta la misma, el batido se sostiene en la misma) se pone la batidora en la velocidad menor y se agrega de a poco la harina, previamente tamizada.
  6. Se hornea entre 30 a 40 min.
  7. Una vez que se enfrió un poco, se desmolda sobre rejilla o plato.
  8.  ¡Y listo! ¡Ahora a disfrutar! 

Un poco de historia...



El famoso "cheesecake", o en español pastel de queso, es uno de los postres más comunes del mundo y, quizás, uno de los más antiguos que utilizan lácteos, diferentes de la leche. El primer registro que hace mención al pastel de queso viene desde los antiguos Juegos Olímpicos griegos. Marcus Porcius Cato (o Cato "el viejo") escribió la receta para su preparación en uno de sus tantos libros de cocina Romana, llamados "De Agricultura".

Se cree que se originó en la antigua Grecia. Este pastel, se dio a conocer a través del tiempo, ya que formaron parte del menú que degustaron (pastel proteico a base de queso); los atletas que participaron en los primeros juegos olímpicos de la historia, que tuvieron lugar en el año 776 antes de Cristo. La exquisita torta se difundió a través de Europa después de que los romanos conquistaron Grecia. Sin embargo, la fabricación de queso se remonta hasta 2.000 a. C, los antropólogos han encontrado moldes de queso que datan de ese periodo. Mientras el imperio avanzaba sobre los distintos países, los colonizadores iban descubriendo que la elaboración de queso era algo común a todos los pueblos, e incorporaban nuevas técnicas culinarias que aplicaban para recrear el cheesecake enriqueciéndolo con diferentes combinaciones.
Integrado definitivamente al patrimonio gastronómico europeo, este postre cruzó el atlántico con el flujo de inmigrantes que llegaron a estados unidos en busca de mejores condiciones de vida. En 1.872 un quesero norteamericano al intentar copiar el neufchâtel, un queso de origen francés, terminó creando un queso cremoso que con el tiempo daría lugar al nacimiento del famoso philadelphia. Alan Davidson, autor del compañero de Oxford a la Alimentación, escribió que, "pastel de queso fue mencionado en volver a Marco Porcio Catón De alrededor de 200 a. C. Rustica y que Catón, haciéndose su libum queso (torta) con resultados muy similares a pastel de queso moderna".

En la foto podemos ver un sabroso cheesecake "estilo neoyorquino" con una deliciosa salsa de frutos rojos. ¡Imperdible!